La familia de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años asesinada en la ciudad bonaerense de Rojas por su expareja, un policía bonaerense que ya fue condenado a prisión perpetua, reclama a un año del femicidio la destitución de dos jueces que desestimaron las acusaciones previas contra el agresor por violencia de género.
"A mi hija la mató un sistema que comprende al juez Marcelo Romero, que si no hubiese pensado en sus vacaciones y hubiese tomado una medida inmediata de detención, hoy Úrsula estaría viva", aseguró a Télam Patricia Nasutti, madre de Úrsula, quien también apuntó al Juez de Paz de Rojas, Luciano Callegari: "Si hubiese escuchado las denuncias que le hice al exnovio de mi hija, que rompía las perimetrales, hoy sería otro tema".
Al conmemorarse este martes el primer aniversario del homicidio, familiares y allegados a Úrsula participarán de una concentración en la plaza principal de Rojas, a 240 kilómetros al noroeste de la provincia de Buenos Aires, y luego de una misa en su memoria.
Nasutti expresó a Télam que si bien el al autor del crimen de su hija, el policía comunal Matías Ezequiel Martínez (26), ya fue condenado, ahora espera que se actúe con los jueces que no hicieron lugar a las advertencias previas por la violencia de género que sufría Úrsula por parte de su expareja. El reclamo de Patricia se centra en el juez Marcelo Romero, subrogante del Juzgado 1 del Departamento Judicial de Mercedes.
"A mi hija la mató un sistema que comprende al juez Marcelo Romero, que, si no hubiese pensado en sus vacaciones y hubiese tomado una medida inmediata de detención, hoy Úrsula estaría viva", aseguró Patricia.
La mujer también apuntó al Juez de Paz Letrado de Rojas, Luciano Callegari: "Si me hubiese escuchado las denuncias que le hice al exnovio de mi hija, que rompía las perimetrales, hoy sería otro tema".
Sobre Callegari pesa actualmente un pedido de juicio político impulsado por la Defensoría del Pueblo bonaerense, junto a los organismos que forman parte del Consejo para la Prevención de las Violencias (Copreviol), por considerar que "el magistrado mostró negligencia e incumplimiento de sus deberes en relación a las denuncias contra quien terminó siendo el femicida de Úrsula Bahillo".
"En estos momentos donde los femicidios se incrementan año tras año, la Justicia debe garantizar procesos rápidos y eficientes. Es por eso que para nosotros quedó claro que el juez no defendió a la víctima, demoró en dictar medidas de protección y nunca juzgó desde una perspectiva de género, entre otras fallas graves, lo que hizo que el femicidio fuera lamentablemente un final anunciado", aseguró a Télam Walter Martello, defensor adjunto bonaerense.
Por su parte, Patricia impulsa además una petición mediante la organización Change.org (http://change.org/JusticiaPorUrsula) para que se adopten medidas tendientes a evitar que casos como el de su hija se repitan.
En esa oportunidad dijo que Martínez la había amenazado de muerte cuando caminaba por Rojas, por lo que necesitaba un botón antipánico. "El mail con la orden de dar un botón antipánico del juez de Paz llegó un día después del crimen de mi hija", recordó Patricia, quien en su reclamo de justicia también incluye que se investigue por asociación ilícita a la Policía de Rojas y al municipio, a quienes calificó de "cómplices".
"Martínez es un psicópata (...), (Sergio) Berni -ministro de Seguridad bonaerense- tiene que revisar las carpetas psiquiátricas de los policías. La Municipalidad tiene que tener un abordaje ante la cantidad denuncias de violencia de género", expresó. Según registros a los que accedió Télam, Martínez continúa indicando en sus trámites personales que su ocupación es "oficial subalterno de la policía provincial".
El 22 de febrero del año pasado, a tres semanas de asesinar a Úrsula, Martínez fue condenado a cuatro años de prisión por los delitos de "lesiones leves agravadas en concurso con amenazas agravadas", en el marco de la causa iniciada por una expareja.
En diciembre último, en tanto, fue sentenciado a prisión perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, quien lo encontró culpable del "homicidio doblemente agravado por el vínculo, por alevosía y por femicidio" de Úrsula. Martínez se encuentra alojado en la Unidad 49 de la Alcaldía Penitenciaria Junín desde su detención, informaron fuentes penitenciarias.
En tanto, voceros judiciales confirmaron a Télam que el expolicía tiene una causa pendiente por el abuso sexual de una menor con discapacidad, hija de una expareja, con quien convivía en la localidad bonaerense de 9 de Julio. "Fui una bendecida por tener un juicio oral mucho antes que otros casos. Hay víctimas que están esperando la sentencia hace más tiempo. A pesar de la condena no me va a cerrar nunca en mi vida esta herida, es una cruz que voy a llevar siempre", sostuvo la mujer.
Úrsula era la única hija de Patricia y Adolfo Bahillo, quienes la buscaron por casi una década y nació luego de un embarazo de riesgo. "Con mi esposo nos quedamos solos. No le encuentro sentido a la vida, al día. Cuando llega la tardecita me agarra la angustia, la desesperación, el llanto. No sé si sobreviví a esto todavía. El corazón lo tengo roto en mil pedazos, no lo puedo entender y no sé si algún día lo haré", dijo Patricia, quien adelgazó 45 kilos tras el crimen.
El femicidio fue descubierto tras una alerta al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que "se había mandado una cagada".
Al llegar al lugar, la policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto. Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido.
La causa fue instruida por el fiscal Sergio Terrón, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Junín.
Fuente: Télam