


María Antonia Gauna, una docente de Santa Fe fue acusada por el asesinato de su esposo Omar Carlos Bartorelli, que fue cometido en 2005 y, por ello, fue condenada a prisión perpetua. Una década después, se realizó un peritaje que demostró que la docente no podía haberse hecho unas heridas y la Justicia comenzó a llegar, aunque tarde, concluyeron que era inocente.
Al comprobarse su inocencia, ahora, la Justicia de Santa Fe deberá indemnizarla por un monto total de $7 millones, en concepto de “daños y perjuicios”. La mujer fue condenada a prisión perpetua en el año 2008, pero no dejó de sostener su inocencia y su reclamo llegó hasta la Corte Suprema, que terminó por darle la razón.
Además, la Justicia deberá proceder para que se le devuelva la herencia de su esposo, Bartorelli, cuya actividad era la producción agropecuaria. La casa y el campo que le pertenecían a su esposo y, por ende, a Gauna, que fue declarada inocente por la Justicia, está ocupada por el esposo de la hermana de la víctima, a quién también había pedido que se investigara.
Además de haber perdido a su esposo, en un sangriento asesinato, Gauna, la mujer que resultó ser inocente, fue hallada junto al cadáver de Bartorelli, que fue asesinado de ocho puñaladas, inconsciente y cubierta de sangre, con heridas y “en grave estado”. Aunque fue encontrada en esas circunstancias, la docente fue acusada y condenada por el delito de “homicidio calificado por el vínculo”.
Ahora, el Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual N°2 de la provincia de Santa Fe ordenó la indemnización conforme a la ley 7658, por la sentencia judicial absolutoria”. El fallo confirma que “la mujer fue privada de su libertad a consecuencia de resoluciones judiciales siendo declarada absuelta, casi doce años después”, tras el dictamen de la Corte Suprema de Justicia que la halló “inocente del delito por la que fuera condenada”.
Fuente: Mitre



